martes, 26 de enero de 2010

CARTA A MI PADRE; Te echo de menos

Te tengo a mi lado y te echo de menos.

Ojalá pudiera estar contigo todo el tiempo del mundo, mirarte, besarte, abrazarte, decirte al oído cuánto me importas y lo importante que eres en mi vida sin que nadie ni nada intervenga entre nosotros. Creo en el amor puro, en el amor incondicional, en el amor verdadero, en el amor eterno. Así es como yo te quiero, de la manera más sencilla en la que se puede querer a un padre, simplemente con una sonrisa. Desearía haberte dicho antes que te quiero, o habertelo dicho más días, incluso habertelo dicho todos los días de mi vida, pero ya es tarde. Ya no puedo volver atrás, sólo puedo aprovechar el presente que me queda contigo. Gracias por todo lo que me has enseñado, gracias de todo corazón por las veces que con una regañina has conseguido forjar la personalidad de la persona en la que me he convertido. Gracias por enseñarme el verdadero valor de querer a los demás, de ser agradecida, de ser educada, de saber compartir, de ser honesta, de ser humilde, de ser sincera, de ser servicial, de ser respetuosa, de ser generosa, de ser yo misma, de miles de cosas que se me pasan por la cabeza en este instante. Todos tenemos una función en la vida y tú has cumplido con creces la tuya, has cumplido con la difícil tarea de ser el padre más maravilloso del universo entero. Por esta razón te dedico estas palabras, para que las lea el mundo entero, para gritarle al mundo a viva voz que tienes una admiradora, que soy yo, tu hija Patricia.

Espero que algún día en alguna parte, puedas ver con tus propios ojos estas palabras que mis dedos teclean, sé que ahora mismo no las ves, no las oyes, pero estoy segura de que las sientes.

Te quiere, Paty.

Publicado por Patricia M.

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