Aprendizaje: que gran palabra!Una de las mejores capacidades que tiene el ser humano es su capacidad de superación y evolución, y si bien es cierto que no se cumple en todos los miembros de esta especie nuestra, si en la mayoría, o al menos la predisposición a ello. Cada hecho vivido, experiencia, o circunstancia nos condiciona indirecta o directamente. Lo que realmente valoro a la hora de hacer una autoevaluación de mis capacidades, es la distancia que existe justo desde el punto de partida, hasta el punto de llegada.
Cuando somos pequeños, huimos de toda imposición de conocimiento, dejando a nuestra libre elección aquellos temas que nos parecen interesantes, y pudiendo desarrollar nuestros intereses hacia un lado u otro, sin embargo cuando somos adultos, tras haber sido socializados en los métodos de enseñanza, nos dejamos guiar por las directrices oficiales a la hora de enfrentarnos al conocimiento, anulando al menos de manera parcial, esa capacidad más instintiva e intrínseca de buscar y guiarnos hasta lo que realmente nos interesa. Más adelante puede volver a recuperarse, pero la tendencia es a dejarse llevar por la “versión oficial”. Por eso me parece muy interesante el método de aprendizaje de esta asignatura, ya que nos permite recuperar esa “capacidad inicial de investigación”, valoración y opinión, que en cierto modo teníamos antes del proceso de socialización, donde se nos enseñaron las reglas y directrices de cómo debíamos guiarnos, interesarnos e involucrarnos a la hora de enfrentarnos al conocimiento.Me resultan muy atractivas las pautas y la dinámica que seguimos en clase, ya que el alumno puede hacer más uso de su capacidad crítica/analítica que en la mayoría de asignaturas, sobre todo en comparación con las más clásicas y rígidas. En primer lugar la puesta en común y valoración de las noticias o hechos presentados al principio de la clase, nos permite crear relaciones entre las personas, o sus acciones, a nivel individual o de grupo, en ese famoso eje Norte, Sur, Este y Oeste que tanto ha marcado y guiado en la historia, pero la novedad se encuentra a la hora de situar los temas, el por qué de esa elección y sus consecuencias. En segundo lugar, las lecturas aunque algo densas en algún caso, nos ayudan a reflexionar sobre los forma de adquirir conocimientos y su puesta en práctica a la hora de desarrollarlos. En tercer lugar, los debates, que son tan necesarios en el dialogo diario, y que por desgracia tan raras veces se dan, cayendo siempre en los absurdos y dicotómicos “si y no”. Y en cuarto y último lugar la forma, ritmo y metodología del trabajo en grupo, se prefiere antes la investigación personal, que el trabajo sistemático, los intereses personales sobre el tema, que los temas estándar, y el análisis relacional que el meramente organizativo y formal. Resulta más interesante variar las dinámicas de trabajo para aprender un nuevo método más flexible, y que se adapte más a las circunstancias actuales.
En conclusión, la producción intelectual debe partir del análisis, y de la reflexión, pero siempre desde un punto de vista donde prime nuestra capacidad propia de razonar y no el mero hecho de producción sistemática y artificial. Por eso, que mejor forma de superarnos y evolucionar, que adaptarnos a hacer los sistemas de aprendizaje más prácticos y cercanos, que distantes y teóricos.
Publicado por Roberto Riera
Hace 2 años
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