miércoles, 16 de diciembre de 2009

DESINFORMACIÓN MADE IN SPAIN - DEMOCRACIA

Rebelion.org nos brinda hoy con otro excelente artículo de Vicenç Navarro titulado "El sesgo conservador de la prensa española". Considero que es un artículo muy interesante, y que está estrechamente relacionado con el sistema económico mundial en el que estamos sumergidos y con la correlación de fuerzas dominantes en la misma. El cuarto poder, así han sido llamados los medios de información desde el siglo XVIII, desde que el pensador conservador Edmund Burke originara el término. Hoy en día sin embargo creo que este calificativo se queda corto para ilustrar la influencia y el poder que los grandes medios de comunicación detentan sobre la agenda nacional e internacional, y su capacidad de moldear los acontecimientos a su antojo para de esta forma poder presentar su realidad al ciudadano-público. En una época de mediatización como nunca antes en la historia (de la política, de la economía, de todos los aspectos de la vida en general), opino que los grandes medios trabajan incansablemente para precisamente enmascarar la información. Por muy paradójico que parezca, considero que su actual labor es precisamente desinformar a la sociedad, buscando lo que en terminología marxista sería adormecer a la población, actuar como un opiáceo, para evitar que los grandes intereses puedan ser cuestionados. En una época en la que se nos llena la boca en hablar de democracia, de libertad, de la consecución de la “mejor forma de gobierno posible”, la manipulación informativa se convierte en una poderosa herramienta de control social. En palabras de Chomsky, constituye una manera de lavar el cerebro en libertad

1. Un claro ejemplo de la práctica diaria de la desinformación dirigida es la desequilibrada cobertura informativa que los principales medios escritos españoles hacen de la realidad latinoamericana, en la cual procesos y acontecimientos similares son tratados de manera distinta en base a los intereses en juego. Si tomamos como ejemplo la lectura sobre los proyectos de reforma constitucionales de Colombia, Venezuela y Honduras, que tanta tinta están haciendo correr a ambos lados del Atlántico, pensaríamos que estamos ante proyectos completamente diferentes. No sólo esto, sino que se distinguen por tener a personas “buenas” o “malignas” detrás de cada iniciativa. En cambio, una lectura contrastada más a fondo revela que en demasiadas ocasiones lo informado y la realidad no concuerdan, y que dichos procesos tienen más de un elemento en común. ¿Cómo se consigue crear esta distancia desequilibradora? A través de la mentira. Mentir descontextualizando la realidad, mediante lo cual se llega al punto clave: sin alterar demasiado los hechos se afecta gravemente su interpretación

2. Es decir, se manipula la percepción de la opinión pública respecto a los procesos, creando un marco explicativo determinado que definirá la manera que tienen los ciudadanos de aproximarse a la realidad, su realidad.La distancia entre la realidad, desde mi punto de vista, y la cobertura que se hace de ella en el caso Latinoamericano es sencillamente impresionante. Se trata de una realidad seleccionada y manipulada, que opino está siendo alimentada por el “giro izquierdista” de la región. El fenómeno del cambio político ha venido acompañado de otro fenómeno: la agresión informativa. Es decir, Europa en general y España en particular tienen enormes intereses económicos y geopolíticos en América Latina, sobre todo relacionados con recursos energéticos. A partir de aquí, opino, al igual que Pascual Serrano, que “cuanto más se alejan los gobiernos del neoliberalismo más se le somete a la crítica y tergiversación”. Es el trato diferencial que se deriva de esta relación causa-efecto lo que se traduce en el desequilibrio informativo diario que recibimos los ciudadanos.Como vivimos en un Estado social y democrático de Derecho, a menudo se nos olvida estar atentos a los elementos que componen el grado de desarrollo, la calidad, de dicha democracia. Por ejemplo, en lo relativo a los medios de comunicación, componentes necesarios para la pluralidad informativa inherente a toda democracia, se es consciente que están de alguna forma alineados con una u otra corriente ideológica, pero esto no lleva en última instancia a cuestionar la veracidad de la información recibida. Aunque la alineación ideológica per se no es motivo de alarma, sí lo es si añadimos el ingrediente estrella: los medios de comunicación forman en su mayoría parte de enormes empresas audiovisuales con alianzas transnacionales, que no sólo se dedican a informar sino que los propios propietarios están al servicio o bien son dueños directos de intereses en ámbitos tan distintos como la energía. Esto sí que es motivo de preocupación, y origen constante de una manipulación mediática deliberada. Yo opino, que a fin de cuentas, la manipulación mediática no es sino una forma de censura (Serrano, 12). Como muy bien prologa Ignacio Ramonet, “partimos del principio de que la censura es lo propio de la dictadura, y no de la democracia. Cuando en realidad hay que partir del principio de que la censura es lo propio del poder, de todo poder” (12). Porque al final, todo se reduce a la eterna lucha de poderes en un mundo regido por los intereses, ya sean políticos, energéticos, estratégicos, etc. Algo tan antiguo como la propia humanidad.

El desequilibrio informativo constituye, en mi opinión, un atentado directo al pluralismo democrático, componente esencial en una democracia. Sin embargo, ¿dónde queda la diversidad acerca de lo “bueno” cuando se nos repite sin descanso qué o mejor dicho quiénes son los buenos y los malos en el panorama nacional e internacional? Además, cuando los conglomerados informativos tienen tanto poder, la libre expresión puede llegar a estar en peligro, ya que lo que asumimos como libre no es sino una visión manipulada de la realidad. Es cierto que los medios no son el Estado, pero a veces no se sabe quién tiene mas poder. Ante esta situación, quizás deberíamos plantearnos cómo, desde la sociedad civil, podríamos controlar el desmesurado poder de los medios. Establecer una especie de accountability vertical de monitoreo a los medios, aunque sean entidades privadas al margen del Estado. Con la creación de medios y colectivos que monitoreen la transparencia y el buen hacer periodístico de los propios medios y sensibilicen a la sociedad respecto a los peligros de la desinformación, por ejemplo.

En el caso específico de la información relativa a América Latina, considero además que los medios de comunicación españoles ahondan en dos mitos clásicos de la democracia. Por una parte, el mito de la economía de mercado. Como bien dije en la presentación del tema, cuanto más se alejan los gobiernos latinoamericanos del neoliberalismo más se alejará el trato de la prensa de la realidad y más susceptible será la información a la manipulación y a la tergiversación. Precisamente son los gobernantes que más apoyan el intervencionismo estatal los que reciben críticas más feroces, y sus acciones resultan manipuladas de manera continuada en la prensa. El trato informativo recibido por el Presidente Evo Morales podría ser un excelente ejemplo de la pretensión de los grandes medios informativos de hacer ver que no existe variedad posible en la relación entre Estado y Mercado. Por otra parte, creo que la cultura democrática también entra en cuestión cuando hablamos de manipulación. Al fin y al cabo, cuando se demoniza con tanta intensidad el término “populismo” y todo lo que ello rodea, se legitiman de alguna manera las democracias basadas en un comportamiento pasivo de los ciudadanos y los cambios constitucionales en base a situaciones o necesidades particulares (Honduras por ejemplo).Podría ser cierto que estamos en un momento en el que la libertad individual y colectiva se está transformando en una libertad de empresa, bajo la cual la sociedad no es consciente de la censura y manipulación sufrida cada día. Pensar que desde la sociedad civil se puede luchar contra esta situación para poder así lograr una mayor transparencia informativa y una mejor calidad democrática puede parecer utópico. Pero si algo hay que tener presente siempre es que la democracia es tanto lo que disfrutamos en un determinado momento-lugar como lo que esperamos en un plano ideal, y es la combinación de ambos elementos lo que nos llevará a seguir fortaleciendo su desarrollo e implantación.La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para que sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar

Eduardo Galeano

Publicado por Itruski

No hay comentarios:

Publicar un comentario