¿Por qué son los ciudadanos tan reacios a pagar impuestos?
Hoy día nos encontramos en una coyuntura en la que se habla de la maldad y bondad de los impuestos, de si hay que subirlos o bajarlos, en definitiva de hasta donde interviene el Estado, esta situación puede ser difícil pero a la vez muy interesante.
La pregunta que nos planteábamos da por sentada la afirmación de que la ciudadanía en su mayoría ve como algo negativo pagar impuestos, ¿pero es esto cierto? Antes de ponerme a escribir esta reflexión pregunté a personas de mi entorno cercano una pregunta que en principio parece simple ¿crees que los impuestos son buenos o malos? La respuesta que me encontré fue la misma en todos los casos: buenos. Me quedé descolocada pues partía de la posición contraria, por lo que tuve que indagar algo más ante esa respuesta, que bien es decirlo me ofrecieron con voluntad propia.
A la pregunta son buenos los impuestos la respuesta fue SI, evidentemente me dijeron sin impuestos no funciona ni se mantiene un país, ahora bien problemas respecto de los mismos, los hay para gustos y colores, desde los gobernantes no invierten el dinero recaudado como deberían, no veo una repercusión directa en mi vida diaria de los impuestos, los ricos pagan menos que yo, siempre somos los mismos los que mantenemos el sistema.
Ahí tenemos nuestra respuesta, casi todos estamos de acuerdo en pagar impuestos, siempre y cuando veamos la reciprocidad. So oyen voces que dicen que el liberalismo está ganando la batalla, ha conseguido que los impuestos sean entendidos como un “doy sin recibir”, pero esto todavía no es así. No sabemos si el Estado de Bienestar fundamentado en la recaudación de impuestos y su redistribución es el mejor sistema a establecer, pero al menos en el contexto europeo es el menos malo entre los malos, de forma que aún está en manos de aquellos que tienen el poder para recaudar y distribuir la oportunidad de hacerlo conforme a un término hoy día en bonanza “la buena gobernanza”. Algo paradójico, pues no está en el interés de ningún ciudadano elegir un mal gobernante, sin embargo es la situación a la que hemos llegado.
Respecto de la propia estructura de impuestos, bien es cierto el dicho “cuanto más se tiene, menos se paga”, ya sea a través de las diferentes formas que tienes para desgravarte, ya sea desde un punto de vista ideológico-proporcional (no supone respecto de la renta el mismo esfuerzo), en este caso la desigualdad viene dada de antemano, no obstante sistemas de recaudación y sobre todo control más equitativos (que en este caso el español) también son posibles.
Conclusión: mientras la estructura mental no caiga, no todo está perdido.
Publicado por Delia Guijarro
Hace 2 años
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