Parece que últimamente no hay más noticias en España que la dichosa crisis. La CRISIS y lo digo con mayúsculas no es algo nuevo, no nos debería haber pillado por sorpresa como les ha pasado a muchos, la crisis es el resultado de algo que viene gestándose desde hace bastante... La nueva crisis económica es el resultado de una crisis mucho más peligrosa y difícil de soliviantar, me refiero a una profunda "Crisis de ideas" fundamentada en la perdida de los valores.
Hoy en día, nada nos motiva a actuar sino el dinero, no hay nada más allá del trabajo que la recompensa económica, de ahí el vacio que se produce en el homo videns de Sartori, cuando deja de tener 2 para tener sólo 1.
Nos estamos reduciendo poco a poco dentro de un materialismo imparable dónde el ser no le importa a nadie y el tener está en la cúspide de nuestra escala de valores.
El ejemplo más cercano lo encuentro en mi generación, generación que llena las aulas de las universidades sin espíritu, sin ganas de aprender, sin ansias de conocimiento con el único fin de aprobar según la ley del mínimo esfuerzo para obtener el título y ponerse en venta en el mercado laboral. Atrás quedaron esos años, esas generaciones que, impulsadas por algo más que una ley anti-botellón, salían a manifestarse en las calles, muchas veces para luchar contra las injusticias y otras muchas, simplemente, para expresar su opinión.
La filosofía que se respira entre la juventud no es otra que la del tan manido a lo largo de toda la historia, "Carpe Diem", adoptada desde el punto de vista de la irresponsabilidad. Pues bien, siempre y cuando los reponsables de la economía del país no resuelvan el problema de raiz, se lograrán soluciones momentáneas acordes con el nombrado Carpe Diem que en mi opinión no es más que pan para hoy y hambre para mañana. Busquemos soluciones que devuelvan el sentido real a la vida de las personas y pongamos el dinero en el lugar que le corresponde.
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