jueves, 22 de octubre de 2009

No nos educan para la vida adulta

Es tarde, final del día, es momento de reflexionar. Me levanto de la silla después de un duro día de trabajo para prepararme un té caliente e irme a dormir. Me gusta pensar sobre aquellas cosas que he aprendido a lo largo del día tumbada en la cama mirando hacia el techo. Hoy me pregunto por qué no nos educan para la vida adulta.

La mayoría de los conocimientos que he adquirido a lo largo de mi vida los he aprendido de padres, hermanos, amigos, y sobretodo, profesores. Algunos de éstos grandes maestros. Gracias a ello, con todos los conocimientos que tengo a mis 23 años, yo podría enseñar ciertas cosas a los demás, por ejemplo se me ocurre que podría enseñar a los demás lo que supone respetar al otro, lo que es participar y hacer partícipes a los demás, las ventajas que tiene ser amable, sonreír y ser afable. También podría enseñar conocimientos básicos de matemáticas, lengua, inglés, medio ambiente, política... Pero no podría enseñar a otra persona a ser adulta, lo cual me entristece bastante. Recuerdo que tenía un profesor que siempre me decía: "Patricia, la diferencia entre un adolescente y una persona adulta, es que el adulto paga facturas". ¡Qué razón tenía! Cuando entras en la fase de adulto te das cuenta de que no tienes ni idea de nada. Los conocimientos adquiridos anteriormente no te sirven. De repente, te encuentras con que tienes que enfrentarte al mundo laboral, crearte tu propio currículum, hacer la declaración de la renta, domiciliar las cuentas bancarias, empezar a ahorrar para poder independizarte, crearte un plan de pensiones, un seguro de vida, decidir si entras en un fondo de inversión o en un depósito, pedir un crédito al banco, saber que en tu vida existe una cosa llamada Euribor que por lo visto afecta bastante a la hipoteca, escuchar el apartado de "la bolsa" en las noticias cuando no entiendes qué es que Ferrovial haya subido 2 puntos, llamar a la compañía de teléfonos porque te ha cobrado más de la cuenta y discutir con ella (aunque sabes que siempre salen ganando ellos)... y en este momento es cuando te paras a pensar ( esto es lo que estoy haciendo yo en este mismo instante) ¿Pero cuáles son mis derechos?, ¿qué me conviene más? ¿quién me enseña a ser una persona adulta? ¡¿Mis padres?! ¡Pero si apenas acabaron el bachillerato! Me doy cuenta de que es complicado que no nos tomen el pelo, sin formación sobre estas cuestiones básicas del día a día somos fácilmente manipulables y lo peor de todo es que no es nuestra culpa, es el sistema el que nos ha formado así, incultos. Por eso yo creo que en España debemos cambiar el sistema educativo e incluir ciertas cuestiones básicas que nos sean útiles en nuestra vida adulta. Yo apuesto por asignaturas como derecho civil y economía para todo el mundo, ¡son fundamentales! Deberíamos saber responder a todas las preguntas que he planteado anteriormente sin titubear y eso nos ayudaría a tener claro lo que queremos para nuestra futura vida adulta.

Publicado por Patricia M.

No hay comentarios:

Publicar un comentario