Los devastadores efectos de la crisis económica se aprecian ya con notoriedad en España y también en Europa. En nuestro país el 20% de los españoles tiene actualmente problemas para subsistir, según Cruz Roja. Por supuesto, las mujeres, los jóvenes y los mayores de 45 años son los principales perjudicados por la constante destrucción de empleo. El número de personas que utilizan los servicios sociales en España ha crecido un 55% en los últimos cuatro años por culpa de la actual crisis y casi 500.000 hogares (más de un millón de habitantes) se encuentran en situación de desprotección social, según los datos del Consejo General de Trabajo Social. Y las previsiones económicas para los próximos años no son demasiado esperanzadoras.
Pero, en el resto de la Unión Europea la situación no es distinta. 79 millones de residentes en la UE viven en la pobreza y el 38% de los residentes comunitarios tiene serios problemas para pagar su hipoteca.
En marzo de 2009 el Consejo Europeo de Lisboa acordó como objetivo prioritario “actuar de manera decisiva por la erradicación de la pobreza en Europa para 2010”. Sin embargo, las expectativas no se han cumplido y esta meta se encuentra lejos de ser alcanzada. La falta de concreción y voluntad política hará que los objetivos de la UE para combatir la pobreza en Europa se retrasen de forma intolerable hasta 2020.
La crisis económica ha obligado a la UE a revisar a la baja sus planes para erradicar la pobreza. Parecen no existir recursos económicos para luchar contra las desigualdades, pero si los hay (como en el caso español) para rescatar bancos de la bancarrota y ofrecerles cuantiosos fondos que nunca llegarán a las familias en forma de préstamos, ya que serán utilizados antes para tapar agujeros financieros.
En tiempos de crisis y recesión la lucha contra la pobreza y la exclusión social debe ser una prioridad política irrenunciable y de primer orden. En esta dirección, propuestas como el reconocimiento del derecho a una renta básica universal son plausibles y urgentes. Para combatir las desigualdades son necesarios recursos económicos, pero sobre todo se requiere valentía y voluntad política. España ostentará en el primer semestre del año próximo la Presidencia de la UE y ya tiene definido su primer reto: trabajar para que la erradicación de la pobreza vuelva a ser un objetivo prioritario.
Publicado por ahidalgo
Hace 1 año
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