Hace 2 años
domingo, 11 de octubre de 2009
El hombre que vivía en un reloj
Los días pasan, las horas se esfuman, los minutos mueren y los segundo se carcajean de nuestro asombro al contemplar horrorizados el paso del tiempo. Siempre dejamos las cosas más importantes para mañana, siempre pensamos en un tiempo ulterior superior, creemos que el tiempo todo lo cura y pensamos que todo irá a mejor...¡¡¡¡Cuán estúpido es el ser humano!!!! pues no caemos en que todo ese tiempo que dedicamos a posponer las cosas para después es un tiempo que no volverá, que se ha marchado; todo ese tiempo que dedicamos a soñar con un futuro mejor, es en realidad, incautos, un tiempo precioso para invertirlo en pensar soluciones presentes a nuestros problemas.
El tiempo nos atormenta, nos espanta, nos encarcela. Cuántas veces decimos "no tengo tiempo" cuando, en realidad, estamos negándonos a nosotros mismos hacer lo que queremos hacer, lo que permitiría que fuéramos felices. Y la cuestión es: qué tiene prioridad, ¿nuestro tiempo o nuestra felicidad?.
Sin embargo, el ser humano está hecho a vivir entre los barrotes invisibles del tiempo y cierto es que ningún tiempo es perdido, siempre es ocupado por algo. Incluso a veces ocupamos nuestro tiempo preguntándonos cúanto tiempo hemos desperdicioado, sin darnos cuenta que al reflexionar esto estamos desperdiciando aún más tiempo...pero desperdiciar no es perder, porque esa reflexión nos ha hecho ampliar nuestro conocimiento sobre los límites del tiempo.
Así pues, quizás una sonrisa asome en nuestra boca al pensar que igual, no es el hombre el que vive en una cárcel de tiempo, sino que es el tiempo el que vive encarcelado en los relojes de los hombres.
El tiempo, señores míos, no es más que un invento del hombre para situarse, no perder el control, organizarse, pero nunca fue concebido para encerrarnos. La velocidad del mundo moderno ha hecho que el hombre viva para complacer al tiempo, y no el tiempo para ayudar al hombre.
Así pues, tú eliges: o sentirte tremendamente estúpida o estúpido por haber desperdiciado unos minutos en leer esto o bien sentirte felíz por haber compartido una reflexión conmigo y haber sopesado el valor real del tiempo. Sea cual sea tu opción elegida, muchas gracias por tu tiempo.
Publicado por Anita
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario