domingo, 1 de noviembre de 2009

No necesitamos petróleo

El ser humano ha existido muchos años en el planeta Tierra sin utilizar petróleo, sin electricidad y bastante tiempo sin fuego. Además vivió mucho tiempo sin ropa y eso no le impidió sobrevivir hasta nuestra época. Sin embrago, hoy en día no es capaz de vivir sin estas herramientas – algo que es más bien un desarrollo negativo según la teoría de evolución de Darwin, en el sentido de que no hace del hombre un ser cuya sobrevivencia es más probable, sino un ser cuya extinción se aproxima, siendo función de bienes cuyo abastecimiento no es sostenible.La dependencia es peligrosa. Si uno no es adicto al tabaco (y muchos de nosotros no lo somos) no sufrirá si no puede fumar. Fumar no es imprescindible, pero mucha gente lo necesita- igual que el petróleo y las otras fuentes de energía – y todos nos sentiríamos depravados de gran variedad de bienes sin el uso de esta energía. No queremos estar en la oscuridad, queremos ver la televisión, queremos tener maquinas que nos ayudan a hacer las tareas domesticas, que nos llevan al trabajo, a casa de nuestros padres, etc. Somos adictos a todos estos pequeños placeres y sentimos lastima por todos los que no pueden disfrutar de estos como si su vida fuese inferior en calidad comparada con la nuestra.

Nuestra forma de pensar, de organizar los valores (un fruto puramente cultural) está condicionada por nuestro entorno social. Vivimos con gente, ellos nos influyen, nosotros les influimos. La sociedad siempre tiene valores que condicionan su comportamiento. Si a alguien le conviene que una sociedad tenga cierto comportamiento siempre hay quien crea los valores apropiados para provocarlo. Los medios de comunicación, los libros, las canciones, los poemas - todos estos tienen un valor inconsciente cultural y consecuentemente una influencia sobre nuestro pensamiento y nuestra interpretación del mundo, precisamente por el hecho de ser inconscientes. En distintas épocas y circunstancias los hombres pensaron distinto – en espacios amplios y mal comunicados como Arabia Saudí triunfo el Corán, que propagaba valores que podrían proporcionar orden en un espacio sin gobierno central, como por ejemplo el autocontrol y el miedo a Dios. Hoy en día, por lo menos en el mundo de Occidente, no hay una cultura dominante, por lo tanto todos estamos muy confundidos – tenemos nuestros valores, mezcla de los valores de varias culturas y por lo tanto somos más egoístas – como no podremos cumplir con lo que nos proporcionaría un reconocimiento por los demás, y como no necesitamos su visto bueno, siendo autosuficientes en una sociedad con muchas personas reemplazables. Tampoco dependemos tanto de nuestra familia a partir de cierta edad. Esto lleva al culto al individualismo – nosotros, o mejor – cada individuo – situado en el centro del mundo y todo lo demás rodeándolo. El objetivo de la economía es satisfacer a unas necesidades ilimitadas con recursos limitados. Partiendo de esta premisa, si hubiera tantos mundos como personas todo iba a ir bien, pero lamentablemente, los recursos son limitados y en la tierra hay cada vez más personas. Hay solo un planeta. Para todos nosotros. No nos podemos comprar otro o hacer un ¨upgrade¨ del que tenemos. Los recursos en la tierra no son algo que podemos dejar a nuestros niños para que busquen sobrevivir en las agudas condiciones climáticas que estamos creando, es algo que hemos cogido prestado de ellos. Y tenemos que devolver en el mismo estado de sostenibilidad.

El desarrollo económico, una vez satisfechas las necesidades básicas, requirió estimulo de necesidades no existentes para fomentar el consumo.

Hoy en día, todos los anuncios (que cuestan un cantidad considerable de dinero y si no funcionaban no iban a ser hechos y emitidos por gusto), las marcas, las ideas atrás de estas marcas, los valores que nos presentan como importantes, las cultura que nos venden sin que nos demos cuenta tienen el objetivo de crear en nosotros necesidades que no tenemos con el fin de consumir ciertos productos que nos ofrecen satisfacer estas necesidades que antes no teníamos.

Así la sociedad de hoy en día se caracteriza por un deseo de consumir y de consumir más y más. Es común ver anuncios (es increíble la cantidad de anuncios que vemos cada día) que nos dicen, por ejemplo, que tenemos que tener un coche grande si queremos ¨vivir a lo grande¨, o que valemos una crema para rejuvenecer, o que tenemos que hablar con tarifa plana para no sentirnos solos. Con el coche solo lograremos crear más congestión de tráfico, posiblemente sufriremos algún accidente de tráfico, nos estresaríamos conduciendo si llegamos tarde, pagaríamos mas por parking y multas, y toda una serie de inconveniencias que evitaríamos si utilizáramos transporte público. Pero nos compramos un coche y pensamos que esto nos hace felices. Si tenemos que pagar cada vez más cosas, y consecuentemente trabajar y competir más, para ganar más dinero para comprarnos cosas (como cremas anti-arrugas) nos saldrán arrugas mucho antes y tendremos un aspecto de persona mucho mayor mucho antes. Si hablamos mas por teléfono con las famosas comunicaciones cada vez nos comunicamos menos – un 70% de la comunicación es no verbal. Nos sentimos cada vez más solos dentro de nosotros, porque nos estresamos conduciendo, pagando las entradas del coche, ganando dinero para la crema y el teléfono. Y para sentirnos mejor nos compramos otro coche, una crema más y un segundo teléfono. Y cada vez estamos menos felices porque en nuestra cultura tenemos que estar en forma – caminar y correr en vez de conducir (buscando tiempo para ir al gimnasio, en vez de estar tranquilos o socializar con nuestra familia o simplemente dormir)- y siempre jóvenes, a pesar de que el crecimiento y el envejecimiento son los rasgos mas característicos del ser humano (la razón para que un robot se denominara ¨humano¨ en la película ¨El Hombre Bicentenario¨), y comunicarnos cara a cara y convivir con nuestros seres queridos en vez de viajar por el mundo en búsqueda de autosuficiencia profesional para comprarnos coches y cremas y hablar por teléfono. Hay una historia famosa de un hombre de origen africano que esta acostado bajo la sombra de un árbol esperando que cayera una fruta para comerla. Un hombre de origen caucáseo se acerco a él y le dijo que como había mucha fruta caída pudriéndose en el suelo, si el hombre de origen africano la recogía y vendía iba a ser rico y estar todo el día durmiendo en la sombra de una árbol (algo que este ya hacía sin tener que hacer cualquier esfuerzo). En su desarrollo el ser humano ha conquistado muchas fuentes de energía en su subsistencia. El uso del petróleo, el gas, y el carbón solo se observa en los últimos 200 – 300 años (Marvin H. p.184). Los descubrimientos han seguido unos a otros abriendo el camino a más descubrimientos. Las tecnologías han avanzado y ahora el ser humano cuenta con mucha más energía per cápita que hace millones de años. Según Marvon Harris, el incrementado uso de energía per cápita no necesariamente implica mejor estándar de vida o más tiempo libre para las personas. Añade que en realidad, las sociedades industriales tienen métodos de producción menos efectivas que las sociedades antiguas. Hace falta distinguir entre el total de la energía y la eficacia con la cual esta es producida y aprovechada. Con el desarrollo de las distintas etapas económicos e incluso las distintas etapas de desarrollo de la propia economía - del desarrollo agrario al industrial con el desplazamiento hacia las ciudades, o viceversa en la época antigua de España con una crisis de las ciudades y su consecuente fallo a proporcionar la organización de la vida pública se observo un movimiento reverso – hacia el campo. Consecuentemente, la ciudad, una forma relativamente reciente no es indispensable para que los hombres existen, es más, es una organización que no es sostenible, ni optima.

El hecho de poder recrear el clima en casa durante el invierno y el verano, según como queremos, crear frio en refrigeradores y calor en cocinas no implica que controlamos la naturaleza y mucho menos. Solamente hemos controlado los medios para capturarla en cierta manera. Se ha demostrado que en realidad las sociedades industriales no son más eficientes en la generación de energía, sino menos eficientes y a pesar de que gradualmente se ha incrementado la cantidad de energía consumida per cápita esto no ha dado mejor estilo de vida a la mayoría de la población. Los medios de producción modernos exigen más labor humana y tienen un elevado coste de horas de trabajo (por su cantidad) y ecológico – por el hecho de sobrepasar el “point of diminishing returns” y extenderse bastante más de un tercio sobre los bienes naturales, causando graves consecuencias para el medio ambiente. Las sociedades primitivas utilizaban menos recursos, en realidad, un número aproximadamente vinculado a un tercio de los que tenían a su disposición para no interrumpir el balance y trabajaban menos horas. Es demostrado que su sistema de producción no era menos eficiente que el que tenemos ahora, al contrario – añadiendo el coste de los productos de petróleo empleados en la producción contemporánea consume mucho más calorías incluso después de ser producida para llegar al consumidor final, que a menudo es lejos del lugar donde se produjeron los bienes. El consumo de energía a nivel mundial ha incrementado drásticamente y sigue creciendo. En Europa dependemos mucho de energía importada desde fuera. Esto nos hace políticamente dependientes de otros países. La demanda de energía sigue incrementando. Lo peor es que los recursos naturales no reconocen las fronteras y pronto se extinguirán produciendo grave crisis económico mundial si no diversificamos nuestras fuentes de energía a favor de la energía renovable y los que producimos dentro de la unión. El desarrollo contemporáneo, basado principalmente en los derivados del petróleo, no es sostenible. La misma integración europea tiene su fundamento en gran parte en la energía – el Tratado de Paris de 1951 creando la Comunidad Europea del Carbón y el Acero y el Tratado de Euratom del 1957. Debido a la importancia de las fuentes de energía los estados miembros no han querido abdicar este campo a la comunidad. Con la crisis del petróleo de 1973 los países respondieron de una manera más bien individual. Finalmente, en 1974, la Comisión Europea elaboro la ¨Estrategia Común Energética¨ anunciando el uso racional de la energía, la reducción de las importaciones de productos petrolíferos del Mar Norte, fomento de la extracción de energías domesticas, y finalmente, inversión en energía atómica. En la cumbre de Venecia en 1980 se pacta que el consumo de energía no va a exceder el 60% del crecimiento económico de la UE. Posteriormente se opto por subsidiar la derivación de energías, la eliminación de los monopolios nacionales y una transparencia de los precios. En 1995 la Comisión elabora un Libro Blanco que acentúa los aspectos de competitividad del sector energético, la seguridad de abastecimiento de energía y la protección medioambiental. En 1991 se firma la Harta Energética por 56 países. El objetivo es regular los negocios, la competición, y las inversiones en el sector energético. En Europa se han desarrollado redes de energía que atraviesan las fronteras nacionales, ofreciendo un sistema mucho más eficaz de abastecimiento. También existen gaseoductos que nos conectan con terceros países, pero siempre menos seguros. A pesar de que el problema quizás se puede estar solucionando a corto plazo, nuestra forma de producción no es sostenible, no es eficiente, no es óptima. Necesitamos cambios estructurales en nuestro sistema antes de que hayamos acabado con nuestro planeta. La falta de voluntad política hace muy difícil llevar a cabo los cambios. ¿Por ejemplo, cuantas compañías aéreas estarán dispuestas a eliminar las ventanas de sus aviones porque esta es una de las pequeñas cosas que disminuyen el gasto de petróleo significativamente por miedo de perder clientes? Hay que tomar medidas y decisiones rápido. Hay que fomentar los medios de transporte y de producción que emplean las energías renovables en vez de contar con algo que pronto desaparecerá.

Es difícil. El futuro es incierto. La voluntad de cambio – casi nula. No soy optimista.

LIBROS CONSULTADOS:
Handbook of the European Union, 3rd ed., Zlotan HorvathCulture, People, Nature, 3rd ed., Marvin Harris

Publicado por Darina Hristova

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